sábado, 14 de septiembre de 2013

El Campus de Benjamín

[Vía Diario AS] Hay quien dice que es imposible conocer la verdadera esencia del fútbol sin viajar a África. Allí, el balompié pasa de ser un mero pasatiempo a convertirse en la ilusión de muchos niños, que sueñan con emular a estrellas mundiales como Drogba o Essien. Pocos futbolistas españoles conocen mejor el continente africano que Benjamín Zarandona, centrocampista que militó varios años en el Valladolid y en el Betis y que representó a la selección absoluta de Guinea Ecuatorial. Su amor por el fútbol y el ímpetu por ayudar a los que más lo necesitan le llevaron a acometer una aventura muy especial: coordinar un campus de fútbol para jóvenes en el país africano.

La idea nació de Martínez Hermanos, una empresa guineana de supermercados que desde hace unos años acomete una amplia labor social por la zona a través de su Fundación. Entre las acciones emprendidas, cabe destacar la creación de un campo de fútbol de césped artificial para el colegio Salesianos de Bata, el primero realizado por una empresa privada con fines públicos. Fernando Martínez, uno de los directores de la empresa, fue quien le propuso a Benjamín embarcarse en el proyecto de realizar un campus de fútbol en Guinea.

Benjamín tiene claro por qué se apuntó a este plan: “Lo hago por ayudar a la gente de allí, yo no veo un duro. Quiero que la gente vea que en Guinea hay organización, hay patrocinadores, hay gente con mucho corazón y, sobre todo, hay niños que quieren aprender”. La tarea principal del campus es, precisamente, inculcar a los niños cómo se trabaja en el fútbol: “Mucha metodología, mucho entrenamiento, para que se vayan habituando a cómo son las cosas aquí. La disciplina es fundamental”. Algo que confirma el propio Fernando Martínez: “Durante el campus se han premiado unos objetivos sociales al potenciar las manifestaciones de respeto, tolerancia, ayuda y cooperación en el desarrollo del juego del fútbol, además de valorar la importancia del respeto a las normas establecidas y la disciplina como únicas vías para alcanzar el éxito deportivo y personal”.

Los resultados obtenidos han sido tan buenos que Benjamín, que actualmente ejerce de segundo entrenador en el juvenil del Real Valladolid, ya piensa traerse a España algunos jugadores que han despuntado en el campus: “He visto cosas muy interesantes. Hay tres futbolistas que me gustan mucho, me los quiero llevar al Valladolid si Víctor, el director deportivo, lo aprueba”.
Este primer Campus ha contado con la presencia de 120 niños entre alevines, infantiles, cadetes y juveniles, después de que se hubieran recibido más de 500 solicitudes. Todos ellos han contado con la asistencia de un cocinero diario, amén de miembros de la Cruz Roja y cuatro encargados del campo. Pero esto no acabará aquí, ya que Fernando está planeando una segunda edición del campus aún más ambiciosa: “El próximo año ampliaremos el numero de participantes e incluiremos mujeres”. También Benjamín está trabajando ya en la edición de 2014: “Este año intentaré recoger equipaciones de todos los clubes de Primera y Segunda. Iremos enviando el material a Guinea Ecuatorial, y una vez esté almacenada allí, prepararemos el Campus 2014”.

Además de la propia tarea del Campus, desde la Fundación Martínez Hermanos quieren impulsar la ayuda social desde otros terrenos: “Tenemos la intención de comenzar la construcción de un asilo de ancianos junto con un centro de acogida de niños huérfanos, además de la construcción de algunas iglesias, un campus de baloncesto u otros proyectos de colaboración con algunos colegios locales”. Todo esto es posible, según el propio Fernando, “gracias a la estabilidad política y social del país”.

En el terreno futbolístico, sin embargo, Benjamín asegura que todavía queda terreno por recorrer: “Clasificarse para el Mundial es complicado, Guinea Ecuatorial tiene poco más de un millón de habitantes, por lo que no produce muchos futbolistas, la mayoría son de doble nacionalidad, y además no hay escuelas”. Una selección, por cierto, dirigida por Andoni Goikoetxea. Quién sabe si el vizcaíno podrá contar en un futuro no muy lejano con un futbolista criado en este campus de Benjamín Zarandona.

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